FORTVNA

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El cine de acción, los perroflautas medievales y Consolatio PhilosophiaePosted by Javier Bilbao Tenga el lector la amabilidad (y si no la tiene no importa, que ya lo explicaré a continuación) de echar un vistazo a los primeros 10 ó 15 segundos de este trailer de Glory, parece una película con sus batallas, su épica… tiene buena pinta. Veamos ahora el trailer de Waterworld (con los primeros segundos es suficiente). Vaya, promete acción trepidante. Y ahora, lo mismo con El libro de Eli… qué barbaridad, ahí muere hasta el guionista. Pero, un momento, ¿No hemos notado algo común en todas ellas? Desde que en 1981 el film Excalibur abriese la veda, no hay trailer o escena de acción que se precie que no tenga por banda sonora Carmina Burana. Concretamente su apertura, O Fortuna. Su ritmo creciente, la potencia de su percusión, sus trompetas apoteósicas y el griterío de sus coros (y encima en latín, que acojona más) han convertido esta cantata en un tópico del cine de acción comparable a la escena de la gran explosión a cámara lenta a espaldas del protagonista, mientras éste avanza imperturbable hacia la cámara. En Hollywood parecen seguir la premisa de que si algo funciona, hagámoslo entonces 487.000 veces seguidas. Se ha usado y abusado tanto de ella para reforzar la épica de las imágenes durante las tres últimas décadas (en The Doors, por ejemplo, es empleada para darle intensidad al polvo que echan los protagonistas) que ha llegado a convertirse en objeto de parodia. Como en la introducción de Jackass the movie, protagonizada por el malogrado Ryann Dun. Es, en definitiva, la banda sonora ideal para los informativos apocalípticos de Pedro Piqueras. El autor, Carl Orff, fue un compositor alemán nacido en 1895 que añadió música a una colección de textos igualmente llamada Carmina Burana, escrita en el siglo XII por un peculiar grupo de estudiantes. Los goliardos y su poesía Bien acompañado por dos perros, la flauta debía llevarla guardada en algún pliegue Fruto de una época de expansión comercial y urbana, los goliardos eran clérigos errantes, estudiantes universitarios vagabundos que vivían de la mendicidad, ejerciendo de juglares o bufones para obtener el dinero suficiente con que alimentarse y acudir a la taberna, su lugar de reunión favorito y al que dedicaron apasionados poemas. Cultos y hedonistas, arremetían contra el orden establecido al tiempo que intentaban vivir a su costa (por lo que no gozaban de buena fama, precisamente). Criticaban burlonamente a la nobleza, las hazañas militares y a la iglesia, al tiempo que menospreciaban a los campesinos, a quienes consideraban torpes de espíritu ajenos a la naciente vida urbana a lo largo de Europa en la que ellos se desenvolvían. También hay que decir que de los goliardos proceden los actuales tunos. No todo iba a ser bueno, oiga. Pero decíamos que además de libertinos y desarrapados eran poetas –bien instruidos en los clásicos- que cantaron a las mujeres, al vino, al juego y a la vida errante. Detestaban todo aquello del cristianismo que reclama ascetismo, martirio, reclusión monacal, pobreza y vida contemplativa: Yo soy cosa ligera Cual la hoja que arrastra indiferente el huracán Como el esquilfe que boga sin piloto, Como un pájaro errante por los caminos del aire, No estoy fijado ni por el ancla ni por las cuerdas La belleza de las muchachas hirió mi pecho. Aquellas a las que no puedo tocar, las poseo con toda mi alma En segundo lugar se me reprocha el juego, Pero tan pronto como el juego me deja desnudo y el cuerpo frío mi espíritu enciende Es entonces cuando mi musa compone mis mejores canciones En tercer lugar hablemos de la taberna Quiero morir en la taberna Donde los vinos estén cerca de la boca del moribundo; Luego los coros de los ángeles bajarán cantando: “Que Dios sea clemente con este buen bebedor”. Pero además de pasarlo bien y ponerse chuzos, otra cosa que ocupaba el pensamiento de los goliardos era la fatalidad del destino. Los caprichos de la inclemente diosa Fortuna, que juega con nuestras vidas dándonos lo que a continuación nos arrebata. Sobre ello trata precisamente la letra de la banda sonora de batallas y explosiones que nos ocupa: Página del Hortus Deliciarum, entre 1176-1185 FORTUNA IMPERATRIX MUNDI Fortuna, emperatriz del mundo O Fortuna O Fortuna Oh, Fortuna, velut luna como la luna statu variabilis, de condición variable, semper crescis siempre creces aut decrescis; o decreces; vita detestabilis vida detestable nunc obdurat que ahora oprime et tunc curat y luego restablece De "Remedios contra próspera y adversa fortuna" de Petrarca ludo mentis aciem, como juego, la agudeza de la mente. egestatem, La miseria y potestatem el poder, dissolvit ut glaciem. los disuelve como al hielo. Ilustración que aparece en “De las caídas de varones ilustres” de Boccaccio Sors immanis Suerte cruel et inanis, e inútil, rota tu volubilis, tú eres una rueda voluble status malus, de mala condición; vana salus vana salud, semper dissolubilis, siempre disoluble, obumbrata cubierta de sombras et velata y velada michi quoque niteris; brillas también para mí; nunc per ludum ahora, por el juego dorsum nudum de tu maldad, fero tui sceleris. llevo la espalda desnuda. Sors salutis La suerte de la salud et virtutis y de la virtud michi nunc contraria, ahora me es contraria; est affectus los afectos et defectus y las carencias semper in angaria. vienen siempre como cosa impuesta. Hac in hora En esta hora, sine mora sin demora, corde pulsum tangite; impulsad los latidos del corazón, quod per sortem el cual, por azar, sternit fortem, hace caer al fuerte; mecum omnes plangite! ¡llorad todos conmigo! Vemos cómo le dice a la fortuna “tú eres una rueda voluble”. La tercera estrofa de la segunda canción Lloro por las heridas de la fortuna, incide en la misma imagen: Fortune rota volvitur: La rueda de la fortuna gira; descendo minoratus; yo desciendo humillado; alter in altum tollitur; otro es llevado hacia lo alto. nimis exaltatus Ensalzado en exceso, rex sedet in vertice el rey está sentado en la cumbre; caveat ruinam! pero que esté en guardia contra la ruina, nam sub axe legimus porque bajo el eje leemos Hecubam reginam. que la reina es Hécuba. La fortuna como una rueda que gira elevando a quienes están abajo y haciendo caer a los que están en lo alto, que se lo digan a Gadafi. De hecho O Fortuna es el primer y el último de los 25 movimientos que componen Carmina Burana (aquí puede leerse completa), de manera que al concluir volviendo al comienzo se representa ese eterno giro de la rueda de la fortuna. Pues bien, esta imagen fue de hecho muy habitual en la Edad Media y reflejada en infinidad de dibujos y escritos. Quien la introdujo en la cristiandad fue Boecio. Autor latino del siglo V, que tras ocupar cargos políticos de importancia cayó en desgracia y fue encarcelado. En prisión escribió Consolación de la filosofía, donde explica cómo estaba él maldiciendo su suerte en la soledad de su celda cuando la Diosa Fortuna se le apareció y le habló así: “Hago girar con rapidez mi rueda, y entonces me deleita ver cómo sube lo que estaba abajo y se baja lo que estaba en alto. Súbete a ella, si quieres, pero a condición de que cuando la ley de mi juego lo prescriba, no consideres injusto el que te haga bajar. “ Entonces comprende que la fama y la riqueza son pasajeras y que lo importante en esta vida es ser bueno. Previamente a Boecio, la fortuna no se asociaba a la escasez y la incertidumbre, sino a la abundancia y la rueda no era tal, sino una esfera. En lo que fue más fiel a la tradición es el propio género literario de las consolaciones, habitual entre los escritores latinos y en la ética estoica que reivindica, heredera de los filósofos griegos. Pensadores que a su vez tuvieron una poderosa influencia en su cosmovisión la guerra contra el imperio persa, como una lucha entre la libertad y la opresión, la luz y las tinieblas. Lo que para nosotros actualmente representa la Segunda Guerra Mundial. Un episodio decisivo de estas Guerras Médicas fue la Batalla de las Termópilas. Convertida en novela gráfica por Frank Miller y recientemente llevada al cine. Una adaptación que a mí me gustó, aunque personas cuyo criterio tengo en gran estima la consideran involuntariamente cómica, al mostrar a Jerjes como una pintoresca drag queen. Un momento, estoy hablando de una película que quizá algunos lectores no conozcan, veamos el trailer… El dibujo no es muy detallista, pero refleja bien las aficiones de los goliardos Tags: carl orff carmina burana Consolatio philosophiae filosofía goliardos hedonismo historia literatura música poesía sexo taberna vinoCompartir este artículo: Autor: Javier Bilbao
Rueda de la Fortuna. Hortus_Deliciarum. Siglo XII
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